Hola #ciberamigos

En éste tiempo de lluvias de misiles asesinos mejor hablar del temor a las tormentas naturales que pueden ser también dañinas pero son inevitables, de corta duración y tenemos que acostumbrarnos a convivir con ellas, las otras tormentas, las de misiles, solo obedecen a la soberbia humana y a la megalomanía del sátrapa de turno, arrastran consigo la peor interpretación de los seres humanos provocando dolores en cuerpo y alma de difícil curación, dejando grabados los cerebros infantiles que los viven y sufren con recuerdos perversos e imborrables que nunca debieron vivir ni sufrir.

Abrazo lejano.

Salud, fuerza y paz.

TORMENTA

Minúsculas bombas de agua

estallan en el cristal

anunciando al animal

que en su boca porta llamas

de infinito resplandor

que incrementan mi temor

a mirar tras las ventanas.

El estruendo de sus pasos

cada vez se oye más cerca,

mi piel transpira y se tensa,

mi corazón late a ratos,

por los resquicios alienta

bufando como los gatos,

lleva el nombre de Tormenta.

DESGRANANDO “TORMENTA”

Este poema trata de comprimir en metáforas el sentimiento angustioso que atormenta a quien teme a la tormenta y transmitírselo en versos a quien no entiende tanto temor e incluso llega a disfrutarla a pesar de los riesgos que puede transportar en sus nubes tanque que avanzan con pesadez anulando al cielo claro y sin fin, descargando a veces munición dañina, amedrentando a los temerosos con sus feroces rugidos que hacen temblar la tierra y la iluminan con temibles rayos lanzados hacia indiscriminados objetivos.